lunes, 30 de marzo de 2009

Despido: Dos varas de medir

En una reciente entrevista con el diario 'El Economista', el Presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, insistía en "la necesidad de flexibilizar la extinción de los contratos, hasta acercarlos a la media europea", un asunto que quiere llevar a la mesa de diálogo social con sindicatos y Gobierno. Para el dirigente empresarial, "es el momento de abaratar el despido, para que así disminuya el temor a efectuar nuevas contrataciones". En su opinión, la indemnización por despido improcedente de los contratos indefinidos ordinarios, situada en 45 días por año trabajado, es un "disparate" que penaliza la creación de empleo, especialmente en tiempos de crisis. En este sentido, Díaz Ferrán argumentó que la media europea está en 20 días, pero no quiso concretar si será esta cifra la que propondrá en la mesa de diálogo social, alegando que no sería "elegante" hacerlo antes de hablar con los sindicatos.

Más recientemente, la Patronal madrileña encabezada por Arturo Fernández exige que los sindicatos aceptemos contratos más flexibles y baratos, con una indemnización de 20 días por año, ya que nuestro sistema de relaciones laborales es muy rígido y lo que se necesita es más flexibilidad, sobre todo en tiempos como los que corren. No se queda ahí, además, afirma que este tipo de contrato no debe ser coyuntural sino permanecer en el tiempo, ya que es en beneficio de los trabajadores. En suma, somos el país europeo con mayor tasa de empleo temporal y precario (por encima del 30%, más del doble de la media de la zona euro) y ahora necesitamos aumentar más esta tasa, pero con un añadido significativo: los trabajadores estarán contentos por poder trabajar y no estar en paro.

La opinión de estos dirigentes de la patronal no sería noticia, ni siquiera motivo de comentario -ya estamos acostumbrados a estas opiniones- de no ser por su desfachatez. Y es que el presidente de la patronal se permite el lujo de decir estas cosas precisamente en las mismas fechas en las que, quien fuera Secretario General de la CEOE durante veintitrés años, Juan Jiménez Aguilar, ha recibido una indemnización por despido de 1,9 millones de euros. Su cese se produjo precisamente por decisión de Díaz Ferrán, que argumentó falta de sintonía entre ambos.
Si el caso anterior no fuese suficientemente ilustrativo, a continuación nos enteramos que al Sr. Martín, Presidente de Martinsa Fadesa, que ha conseguido el dudoso honor de presentar la mayor suspensión de pagos en la historia de España -con una deuda superior a los 7.000 millones de euros- se le asignen 75.000€ mensuales de salario, que "es prudente y atiende a las necesidades y circunstancias del deudor", y la administración concursal estima que debe percibir esa cantidad para que su ritmo de vida no se vea demasiado alterado.

Tampoco hemos escuchado la rasgadura de vestiduras de tan insignes empresarios al conocer que la esposa de del Sr. Martín quiere romper la sociedad de bienes gananciales para no verse afectada por el concurso y las deudas de su marido. Estupendo, las informaciones están ahí y los dos dirigentes empresariales aún no han presentado denuncia alguna contra un fraude que afecta a todos los acreedores, y sobre todo a los trabajadores.

Se ve que, como en tantas otras cosas, en esto hay dos varas de medir: la que se aplica a los notables de la propia casta y la que se quiere aplicar al común de los trabajadores. Los criterios aplicados a los señores Jiménez Aguilar y Martín no deben ser aplicables al resto de asalariados, al contrario, siempre se intenta indemnizar con el mínimo posible, alegando algún incumplimiento o falta, el despedido. A eso se llama "predicar con el ejemplo".

sábado, 7 de marzo de 2009

El Mundo al revés

Como diría un buen amigo "se tiran los pájaros a las escopetas".
Nos encontramos, bajo mi humilde opinión, ante la mayor crisis financiera a nivel mundial que se ha vivido jamás, ni el Crac del 29 es comparable a la situación en la que estamos inmersos actualmente. La pregunta quizás es ¿cómo se ha llegado a esta situación? ¿no se autoregulaban los mercados?.
Los defensores a ultranza del salvaje capitalismo en el que vivimos, preconizaban que el Estado no debía intervenir en los mercados, que estos eran autónomos y que se regulaban ellos mismos. Una vez que hemos visto que esto es una mentira como un templo, los mismos que defendían lo anterior, ahora piden a Papá Estado que actúe de manera inmediata. Es evidente que tiene que actuar, pero cómo debe hacerlo.
Si atiende a las peticiones de los que lo denostaban hasta hace muy pocas fechas, debería facilitar el despido aún más, alguien cree de verdad que disminuyendo las indemnizaciones se crearía más empleo, o es que además de habernos metido a todos, los trabajadores me refiero, en está crisis, tienen los santos cojones de querer acomodarse, aún más si cabe, la legislación para que una vez que superemos esta fase, tengan el camino llano para seguir haciendo de las suyas.
Piden también las Asociaciones empresariales, unas más que otras, la congelación salarial, o el aumento mínimo de los salarios. Con esto se consigue salir de la situación o agrabarla más aún. Si el consumo está cayendo a marchas forzadas, la bajada de la inflacción lo demuestra mes a mes, y ese es uno de los mayores problemas, no me refiero a que baje la iflacción, sino a que el consumo alcanza mínimos históricos ¿es bueno que los salarios se contengan entonces? no será mejor que los trabajadores mantengan poder adquisitivo, eso quizás y sólo quizás ayude a frenar la caída de consumo y con ello el mantenimiento de puestos de trabajo del sector.
Lo que ya es el colmo total, es como se pide desde no pocos sectores, derechones todos, una Huelga General, y se ataca a los sindicatos, a uno sobre todo, al que se considera más afín al partido que gobierna en la actualidad. Este Sindicato con mas de 12o años de historia se ha significado siempre por la defensa de los derechos de los trabajadores, recuerden que se le hicieron tres Huelgas al Gobierno de Felipe González, y tan sólo una al de "Ansar". Para navegantes despistados aclaro, que en este país las huelgas siempre se han hecho por una sóla razón, y es que el Gobierno de turno pretendiese recortar derechos a los trabajadores, este no es el caso, "Zp" se ha manifestado en innumerables ocasiones al lado de los trabajadores y ha garantizado que no habrá recortes de derechos ni de prestaciones, lo que es más importante estas aumentan y se intenta proteger a los trabajadores mas desfavorecidos, una de las medidas más importantes y que está a punto de salir del horno es la reposición de prestaciones para los trabajadores que las consuman vía ERE de suspensión.
¿A quién le hacemos la huelga entonces?
¿Al Gobierno? ¿Por qué? no se recortan un ápice los derechos de los trabajadores, es más se intenta a cualquier precio poner soluciones, creo que el endeudamiento del país ya supera lo que se pactó en Europa, no somos los únicos eso si, pero es la única manera de poder salir de la situación y frenar en mayor o menor medida la pérdida de puestos de trabajo. El Plan Local Estatal, está diseñado precisamente para eso, y no olvidemos que es financiado íntegramente por el Gobierno de España, se esperan generar 400.000 puestos de trabajo, ya vendrá algún Regidor municipal y se colgará la medalla. A parte de estas son muchas las medidas que se toman y se ponen en marcha para facilitar a las empresas su viabilidad, aplazamientos de cuotas, devoluciones de IVA mensuales... A lo que me refiero es que cuando escuchamos que el Gobierno no actúa, quizás debamos pensar quien lo dice y que busca con tanta mentira.
¿Hacemos una huelga a las Asociaciones Patronales? Con eso estarían encantadas, menudo ahorro. He escuchado estos días que son ellos los que iban a salir a la calle con la pancarta, tiene cierta gracia, no exenta de cinismo claro ¿ Qué van a pedir? ¿el despido libre? ¿Que los ERE tengan una tramitación mas liviana, o lo que ellos quieren que no es otra cosa, que menos control por parte de agentes sociales y Administración? ¿Dinero? me pregunto hasta donde llega la desvergüenza empresarial en este país y lo que es más triste hasta dónde llega la ignorancia obrera, algunos creen a pies juntillas lo que estos lobos feroces están contando estos días. Al final nos creeremos que la crisis es culpa del trabajador, no tardarán mucho en decir que la culpa de todo esto es de los elevados salarios, lo veo venir y eso ya sería el colmo de la osadía.
Se me acaban las ideas, ya no se a quién le tenemos que hacer la Huelga, sólo se me ocurre una opción más, pero es que es tan descabellada que me da apuro hasta mencionarla, ¿hacemos una huelga a las entidades financieras? joder y eso como se hace, tengo que madurar por qué se me ha ocurrido esta idea.
Creo que una vez que salgamos de la crisis los trabajadores deberíamos tener varias cosas claras. La primera es que debemos apostar por un Estado fuerte, que garantice unos servicios y unas prestaciones sociales correctas para todos los ciudadanos, esto sólo es posible si todos contribuimos a la caja. La mayor parte de Asociaciones Empresariales y los partidos de derechas pretenden todo lo contrario, le gustaría, una vez superada la situación, mantener y aumentar si pueden el sistema que nos llevan vendiendo durante años, el no intervencionismo, la libertad de actuación, en definitiva la desregulación absoluta. Alguien se imagina que hubiese gobernado un partido de derechas en esta situación, no quiero ni pensar como estaríamos los trabajadores de jodidos. Si no recuerdo mal, una propuesta suya en la última campaña electoral era una bajada de impuestos ¿con qué dinero se iban a mantener las prestaciones y los servicios en la actualidad?.
Si algo tengo claro con la actual situación es que el Capitalismo no funciona en absoluto, o al menos las últimas expresiones del mismo, no penséis que mi idea es un intervencionismo total por parte del Estado, pero si que este debe controlar aspectos, intervenir en aquellos que ve que no se ajustan a lo que la sociedad necesita y que van a perjudicar a esta. Otra de los aspectos en los que se debe avanzar es en el cambio de modelo productivo, no podemos seguir dependiendo de la construcción, porque pasa lo que pasa con un sector tan volátil, a las pruebas me remito. Un país avanzado como el nuestro debe basar su economía en la industria, o lo que sería aún mucho mejor, debemos apostar por la innovación, que garantizaría a medio y largo plazo una estabilidad y un desarrollo fuerte, que si que nos permitiría pensar en el verdadero estado de bienestar, que bajo mi opinión pasa por la tasa 0 de desempleo y de ciudadanos que tengan cubiertas al 100% sus necesidades y no por lo que nos han vendido como tal , que no era otra cosa que un consumismo exacerbado y una falta de conciencia social total.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Amor bajo cero

No sólo del sistema educativo escribe Pérez Reverte, para muestra un botón más y ya son varios en el Blog.
Los llamaremos Paco y Otti. Fueron amigos míos hace mucho tiempo, y no sé qué será hoy de sus vidas. Los recordé anoche, cenando con otros amigos a los que, al hilo de diversas cosas, conté su peripecia. Y mientras lo hacía, caí en la cuenta de que se trata de una de las más pintorescas historias de amor de las que tengo noticia, y que nunca la he contado por escrito. Lo mismo les apetece leerla hoy a ustedes. Ya me dirán.
Primero, situémonos. Marbella, final de los años sesenta. Otti es una guía turística finlandesa, rubia y escultural, que pastorea a un grupo de guiris. La noche antes de regresar a Helsinki, se va de marcha y en una discoteca conoce a Paco. A él también lo pueden imaginar sin esfuerzo: moreno, guapo aunque bajito y un poquillo tripón. Chico de buena familia y sin un duro, que toca la guitarra por los bares. Simpático, golfete y con una cara dura absoluta, muy española. La noche sigue como resulta fácil imaginar: apartamento de Paco, un par de canutos, mucha guitarra y una dura campaña entre sábanas arrugadas, toda la noche dale que te pego, hasta que, ya amaneciendo, ella le da un beso, se despide sonriente y se larga al aeropuerto. Fin del primer acto.
Mientras Otti vuela de regreso a su tierra, Paco se queda en la cama, pensando, y concluye que se ha enamorado como un becerro. Necesita volver a verla, pero hay un par de problemas. Por una parte, ella no tiene previsto volver a Marbella. Por la otra, él no tiene un duro. Y para rematar la cosa, no sabe de la finlandesa sino su nombre y apellido –supongamos que éste es Kaukonen–. Ni una dirección, ni un teléfono. Nada. Pero como digo, está enamorado hasta las trancas. Y tiene veintiocho años. Así que se levanta de la cama, vende su Seat 124, le pega un sablazo a un amigo –doy fe de que era su especialidad–, compra un billete de avión –sólo tiene dinero para pagar el viaje de ida– y coge el primer vuelo a Helsinki, vía Londres. Aterriza allí un viernes a las cinco de la tarde, con su guitarra y ciento quince dólares en el bolsillo. Ya es de noche y hace un frío que pela. En el mismo aeropuerto, cambia dólares por moneda local, se mete en una cabina, coge una guía telefónica y busca el apellido Kaukonen. Hay como veinte, así que lo toma con calma. Ring, ring. «Hola, buenas. Ai am Paco. ¿Otti is dere?» Cuando va por el decimosexto Kaukonen, y a punto ya de acabársele las monedas, localiza a un fulano que conoce a la pava. Es su tío paterno. Otti no tiene teléfono, le dice el otro, o no lo conozco. Tampoco vive en Helsinki, sino en Hyvinkaa, que está a cincuenta kilómetros. Y le da la dirección. Sillanpaa número 34, una casita de madera. No tiene pérdida.
Con sus últimos dólares, Paco compra una botella de vodka, coge un taxi hasta Hyvinkaa, se baja con su guitarra en el 34 de la calle Sillanpaa y llama a la puerta. Nadie. Ya son casi las diez de la noche y el frío parte las piedras. Desesperado, se sube el cuello del chaquetón y se acurruca en el portal, calentándose con el vodka. A las once y cuarto, un coche se detiene ante la casa. Es Otti, y la trae su novio Johan, en cuya casa ha pasado la tarde. Ella se baja del coche, camina unos pasos y se para en seco al ver a Paco sentado en el portal, con media botella de vodka vacía en una mano y la guitarra apoyada en la puerta. Estupefacta. Cuando al fin recobra el habla, exclama: «¡Paco!...». «¿Qué haces aquí?» Y él, temblándole los labios azules de frío, la mira a los ojos y dice: «He venido a casarme contigo». Con dos cojones.
Ahora háganse cargo de la psicología de la pava. Finlandesa, o sea. La tierra de la alegría y los hombres apasionados, risueños y con una gracia contando chistes que te partes. Y en ésas aparece allí, con su guitarra y quemando las naves, un fulano bajito, moreno y simpático que la tuvo en Marbella toda una noche dale que te pego, despierta y gritando: «Oh-yes, oh-yes, oh-yes» mientras él, sudando la gota gorda, decía: «Que sí, mujer. Te oigo, te oigo». Y claro. Pasando mucho del novio, que mira pasmado desde el coche, Otti se tira encima del visitante y se lo come a besos y lametones. Y lo mete adentro. Y los dos tardan cuatro días y varias botellas de Suomuurain y Mesimarja, además de la media de vodka que quedaba, en salir de la cama, con los vecinos asomados a la ventana para averiguar de dónde proceden esos alaridos inhumanos. Y después de muchas peripecias –Paco tocando la guitarra por los restaurantes de allí–, vienen a España, se casan y tienen dos cachorros rubios, Kristina y Alexis, con pinta de vikingos.
Pondremos aquí el colorín colorado. Lo que sigue, quince años de convivencia de Otti y Paco, no termina del todo bien. Los años pasan, cambian a la gente. Nos cambian a todos. Hoy Otti vive otra vez en Finlandia. En cuanto a Paco, hace mucho tiempo que no sé nada de él. Pero hubo un momento en que fueron mis amigos y pude compartir un poco de su historia. La más simpática historia de amor que conocí nunca.

ARTURO PÉREZ-REVERTE 02 de Febrero de 2009

Me atrevo a preguntar lo siguiente: ¿alguno/a haríais algo parecido por amor?